UN AMOR VERDADERO: Capitulo 7 "Atónita y sin explicaciones"

Nessie

Al despertar mi tía seguía en la misma posición, intentaba concentrarse y puder nota en su expresión la frustración. El encierro no la ayudaba en lo mas mínimo y eso hacia que mi impotencia floreciera con dureza.

-Buenos días- Dijo con falta de entusiasmo.

-Hola Tía, creí que estabas concentrada.-

-No, ya no, desisto...La cabeza me duele horrores de hacer tanto esfuerzo.-

Allí se acabo la conversación. Alice estaba fría y distante, supongo que tenia razones para hacerlo; gran parte de todo esto era culpa mía y de mi absurdo plan.

Pasaron horas en aquella oscuridad, de haber sido una simple mortal habría enloquecido por no poder ver nada...pero yo veía, aunque seguía sintiendo como esa oscuridad me acechaba. El no poder prever lo que sucedería era algo tedioso y hacia que mi corazón dejara de latir por momentos.

Había engañado a el amor de mi vida para nada...todo había salido mal...Entonces, mientras intentaba buscar en mi mente información que pudiera ser de ayuda un ruido tosco, seco y agudo me interrumpió.

Mi tia y yo nos miramos, atemorizadas; seguramente era nuestro verdugo a dar su veredicto. Que era obvio cual seria, nuestra muerte.

Pero no era su olor el que nos hizo alarmar mas todavía, si cabía. Este era un olor conocido, era ella, nuestra enemiga y quien quería nuestro lugar...¿acaso actuaban juntos o iban por libre?

Siempre con esa mirada tan angelical, con su dulce sonrisa que escondía tanto odio; nunca tuve miedo o algo parecido por un vampiro, pero Jane era diferente...

-¡Venid conmigo!.- Dijo con su tono de niña.

Caminamos detrás de ella y todo estaba en silencio. El sitio en el que nos habían tenido encerradas o mas bien secuestradas era tétrico, espantoso, casi salido de una película de terror.

El moho había invadido casi todas las paredes y estaba lleno de mini-celdas; en ese momento comprendí donde estábamos. Mi abuelo me había hablado de ese lugar hacia ya mucho tiempo; los Vulturis usaban ese lugar para encerrar a los vampiros que quebrantaban las leyes. Los encerraban ahí hasta que daban un veredicto y decidían su castigo, que por lo general siempre era la muerte.

En su estancia, los rebeldes eran torturados de maneras crueles, una de ellas era dejarle a una persona o animal perdiendo sangre y que solo pudieran olerla...Los vampiros podían volverse locos ante algo así, no poder saciar su sed era una tortura de lo mas espantosa.

-Por aquí.- Volvió a decir esa vampiresa con cara de buena.

Subimos unas escaleras de piedra y al final de ellas una enorme puerta de madera de estilo gótico nos esperaba. Un escalofrió recorrió mi cuerpo al imaginar lo que podríamos encontrarnos tras esa bella puerta.

Mi tía se mostraba algo calmada y la mire con incredulidad ¡como podía estar tranquila con lo que estaba sucediendo?

Jane abrió esa puerta de aspecto pesado y la luz que broto de esa habitación hizo que cerrara los ojos de repente. Al abrirlos desee no haberlo hecho.

Allí estaban, como si tal cosa.

Mi familia y Sebastian, aquel que me había dado un golpe en la cabeza y nos había encerrado a mi tía y a mi.

Hablaban con tranquilidad, como si aun fuesen amigos. Pero algo había cambiado y valla que había cambiado.

Sebastian iba con la antigua túnica que Aro utilizaba, esto no podía ser.

Al vernos entrar todos quedaron en silencio y en un abrir y cerrar de ojos Sebastian estaba a mi lado. Me beso y le di una bofetada, pero él no se aparto.

-¿Ves mi Amor como todo ha salido a las mil maravillas? ¿No es estupendo?.- ¿De que estaba hablando?!! no entendía nada, pero todo me miraban esperando algo de mi. -Siempre supe que tu familia era muy razonable y que acabarían por darme la razón, ahora todo esta como debe.-

-¿Pero de que estas hablando? ¿Acaso nadie sabe que nos ha encerrado a Alice y a mi en una celda?.- Estaba tan furiosa que las palabras salieron de un soplo.

-Si lo sabemos cariño, pero ha sido un simple mal entendido, nada que no se solucione hablando.- Esa que hablaba no podía ser mi madre, eso era imposible.

Note como mi pulso se aceleraba cuando Sebastian volvió a acercarse aun mas, pero esta vez se alejo.

Quien hablo luego fue mi padre, algo mas frió y meditado. -Hemos estado hablando con Sebas y la verdad es que tiene mucha razón, hemos perdido el rumbo y nosotros no estamos hechos para esto.-

-¿Hechos para que? ¿De que estas hablando papa?.-

-Ya sabes que nunca nos ha hecho demasiada gracias esto de tener tanto poder y de tomar decisiones. Así que tras oír las ideas de Sebas hemos comprendido que nadie mejor que él podría dirigir nuestro mundo.-

Sebastian estaba sonriente y muy pagado de si mismo; solo de ver su cara me entraban nauseas.

-Y a sido una suerte que Jane finalmente viniera.- Prosiguió mi abuelo. -Ahora ella ayudara a Sebas en este trabajo que es tan difícil y volverá a formar parte de la guardia.-

-¿Donde esta Calara?.- Pregunte casi en un susurro inaudible.

-Ho! Clara esta..ella esta bien, solo que esta cumpliendo con algunas obligaciones.- Dijo mi padre con algo de duda.

No sabia exactamente lo que estaba sucediendo, pero era todo muy raro. Que Jane y Sebas se aliaran no me extrañaba en absoluto, eran igual de miserables y mezquinos; pero lo que no era normal es la actitud de mi familia. ¿Como había logrado convencerlos? Tal vez los amenazo y por eso han cedido.

En algún momento Sebastian y Jane tendrían que irse y aprovecharía eso para hablar con mi familia, o lo que quedaba de ellos