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lunes, 25 de abril de 2011

Diario de una depresión. Partes VII y VIII: Tristezas y alegrías. El final de la oscuridad


Un día en el que la alegria debería haber reinado se convirtió en un nuevo y tedioso día gris.
Era el bautismo de mi hija.
No soy religiosa, más bien me considero atea; pero quería bautizarla, no sé porque.
En medio de la ceremonia me puse a llorar como una idiota, ni siquiera recuerdo lo que estaba diciendo el cura en ese momento. Sólo recuerdo las lagrimas incesantes recorriendo mi cara.
Mi hermano no dejaba de burlarse diciendo “Tan atea y llorando por lo que dice un cura”, pero yo no lloraba por eso.
Exploté por mi abuela… recordando que esta era otra cosa más que se estaba perdiendo. Odiandola por no estar en ese momento junto a mí y su bisnieta a la que tanto amaba y tanta ilusión le hacia conocer.
                                                                ###
Hace unos meses conocí a mi Ángel en la Tierra… una persona que sin conocerme y sin quererlo me ayudó a salir de este pozo en el que estaba metida.
Saber que alguien más había sufrido ese calvario y lo había superado, saber que no estaba sola del todo es lo que me hizo reaccionar.
Esa persona me llena de paz, luz y de positividad. Tengo ganas de hacer cosas.
Me apetece arreglarme, salir, estar con mi hija y mi marido.
Tengo ganas de vivir y me arrepiento de haber perdido el tiempo enfrascada en algo que sólo me estaba llevando a la más absoluta soledad y autodestrucción.
Gracias mi Ángel por haberme extendido tu brazo y evitar mi caída. Gracias por haber aparecido cuando debías, en el momento indicado.
                                                                     ###
Hacía meses que la oscuridad no me acechaba y pensé que se había ido para siempre, pero me equivocaba.
Hoy nos llegó una carta del juzgado, están a punto de quitarnos la casa.
¿Dónde vamos a ir? Me veo en la calle con mi hija.
¡Dios! Esto es una pesadilla, nunca se va a acabar esta maldita racha de mierda.

Por la noche la depresión esta ahí, esperando a que decaiga para apoderarse otra vez; pero esta vez soy más fuerte y no voy a dejar que me venza tan fácilmente.
Paso la noche buscando soluciones.
Mi hija no va a estar en la calle y va a tener cuanto necesité, siempre.
Nos iremos de mis padres si es necesario o se irá ella mientras nosotros intentamos buscar una salida.
Iré a donde haga falta y haré lo que sea necesario para que a mi hija no le falte nada y para que yo no vuelva a ser la de hace unos meses.

                                               Parte VIII: El final de la oscuridad


A día de hoy ella, la oscuridad sigue al acecho, siempre pendiente de un mal movimiento o una caída.
He aprendido a distinguirla, a verla venir y ya tengo las armas suficientes para alejarla a una distancia prudencial.
Hay momentos en los que la oscuridad se cierne demasiado cerca y no veo con claridad… pero ya no dejo que me venza.
Ahora tengo cosas por las que luchar, he recuperado la ilusión y he vuelto a soñar; ¡Sí! Ahora sé que puedo conseguir cuanto sueñe.
Me esfuerzo a diario por cumplir mis metas y por dejarle a mi hija un legado digno, fuerte y eterno.
Quiero dejar una huella en el mundo y que mi hija se sienta orgullosa de mí.
Ahora cuando la depresión amenaza con volver enumero una a una las cosas por las que debo ser feliz, sentirme afortunada y no dejarme caer: Estoy viva, tengo una hija que amo incondicionalmente, el príncipe azul con el que soñé toda mi vida, una familia que me apoya y ama, una mejor amiga que se ha convertido en mi hermana… y tengo la escritura.
Lo que empezó como un simple hobbie se ha convertido en mi psicoanalista, en mi válvula de escape y en la profesión a la que quiero dedicarme el resto de mi vida.
Hoy sueño, sueño con ser escritora, con ver un libro mío en una estantería de la librería del barrio. Sueño con poder estudiar lo que me gusta, con no volver a pasar necesidades…
Por ahora y sólo por ahora me conformo con lo que tengo… pero ahora sé que puedo tener cuánto desee y cuanto deseo es SER FELIZ











7 comentarios:

  1. El final que se merece! ni mas ni menos! Fui una etapa dura pero que tb te sirvio para madurar un poquito mas!
    No me gusta la historia xq saber que es algo real que te ha pasado y que sufriste tanto pues como me va a gustar.. pero tu forma de narrarlo es asombroso, nos has echo poner la piel de gallina y emocionarnos con cada uno de los capitulos!

    Felicitaciones! ERES MUY GRANDE!

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  2. Espero poder decir un dia, como alguna vez lo hice, qe soy feliz con lo qe tengo.
    Nos diste una buena medicina con este relato y Jud, algunas veces los sueños se hacen realidad! Sigue luchando! Te extraño muchisimo.

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  3. la verdad es un poco triste hasta senti escalofrios pero esta tan bien narrado que me gusta en el buen sentido...exelente

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  4. Acabo de conocerte x el facebook soy Nerina la chica de Rosario , mirando tu muro llegue hasta esta pag...la verdad impresionante tu historia y muy bien narrada sin dudas una muy buena escritora...besos..

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  5. No es que crea a pies juntillas en las teorías de C. G. Jüng pero quizá lo que te pasó fue que tu inconsciente estaba buscándote el mejor lugar para tu desarrollo personal dentro de la nueva situación en que te encontrabas. Está claro que los cambios son fuente de mucha ansiedad y estrés y eso desestabiliza la química cerebral además de provocarnos temor a la incertidumbre. Mi última depresión, sin embargo, que fue en el verano de 2010, no tuvo que ver con cambios exteriores sino con un cambio interno muy grande, en cierto aspecto similar al que te hizo superar tu depresión. Al poco de salir de ella, envié unos cuentos por email a mis sobrinos y fueron mis primeros lectores desde hacía 10 u 11 años. Mi inconsciente me impulsó a través de mi depresión a salir de mi aislamiento social.
    Felicidades por este relato y por tu talento, Jud, y que nunca más pases por algo parecido. Un abrazo.

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  6. Jud, tu historia me emociono hasta las lágrimas! No te imaginas cuantas veces sentí cosas parecidas. Sentir que algo habré hecho para merecer esto, no tener ganas de vivir, que nadie notaria mi ausencia! Y como contas al final, la oscuridad sigue acechando pero hemos encontrado la forma de esquivarla!! Te quiero mucho!! Flavia.

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  7. La oscuridad es una forma muy acertada de nombrar la sensación de depresión, yo estoy pasando por algo parecido y la verdad es que es muy duro, difícil y siempre acecha a la vuelta de la esquina. Una vez que te ha invadido aunque sea en un pequeño rincón permanece...

    Pero es bien cierto que salir de ello solo se consigue de forma individual, o al menos quiero creer que se puede dar el caso...

    De todos modos gracias Jud por tu relato, retrata muy íntimamente lo que muchas personas sienten al menos alguna vez en su vida.

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