¾Te echo de menos, cariño –dijo con tristeza.
¾ ¿Cuándo vuelves, Brisa? –preguntó su esposo.
¾Espero que pronto.
¾Te noto rara… ¿Va todo bien?
Brisa no sabía que decir y mucho menos como fingir más aún. Tragó un poco de salida para aclararse la garganta.
¾Va todo bien, es sólo que estoy cansada y estoy todavía con jet-lag. Tengo que dejarte. Te quiero.
¾Y yo a ti –para cuando Dante acabó la frase al otro lado ya se oía la comunicación cortada. Sabía que algo no iba bien y lo peor es que no tenía ni un teléfono al cual comunicarse con su mujer.
Brisa miró a Tomás con desprecio.
¾ ¿Acaso tampoco puedo hablar con mi marido?
¾Si, pero ya era suficiente. Sabe que estas bien y con eso basta y sobra –su semblante era serio y sombrío -. Prepárate para salir en cinco minutos.
Por mucho que se negara, no le quedaba más remedio que acatar las órdenes.
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Un olor a cedro invadió las fosas nasales de Brisa, Tomás ya estaba acostumbrado.
¾Es bastante molesto, pero sólo hasta que te acostumbras. Luego hasta es agradable.
Ella no entendía a que se debía tanto cedro.
¾Es para tapar la entrada –dijo él, como si supiera lo que Brisa pensaba.
Pasando esa especie de bosque se toparon con una inmensa puerta de macizo acero a prueba de balas y se diría que hasta de misiles y bombas.
¾Algo muy gordo tiene que esconder –pensó La esposa de Dante.
Tomás sacó una tarjeta de su bolsillo y la pasó por un lector o eso creía ella, porque no se veía ningún lector ni ninguna máquina similar.
La puerta se abrió, deslizándose por unas bisagras que debían de estar muy bien engrasadas para sostener semejante peso sin hacer ni un ruido.
Brisa se llevó una mano a la boca y la otra a la cabeza. Sentía miedo y curiosidad a partes iguales.
Aquello era lo más parecido a un refugio de animales, sólo que allí había personas, decenas de ellas.
Pudo apreciar que estaban ordenadas por edades y raza.
Sus ojos estaban desorbitados, mirándolo todo sin perder detalle.
¾Aquí traemos a los sujetos.
¾ ¿Sujetos? ¡Hijo de puta! Son personas, hay niños –espetó escandalizada.
¾Aquí traemos a los sujetos para hacerles pruebas y después inyectarles NHKB –hizo caso omiso a la acusación -. Intentamos ver en que edades y razas se manifiesta de mejor o peor manera. Por ahora los niños africanos son los que mejor lo toleran, son los más fuertes; eso si, han de estar sanos.
Brisa lo miraba perpleja… casi con admiración.
¾Primero nos encargamos de alimentarlos, vacunarlos y hacer que su estado de salud sea óptimo. Una vez que están a punto les inyectamos el virus y ahí comenzamos a hacer pruebas.
¾ ¿Entonces de que sirve el LGV?
¾Por empezar ahí es donde se creó el virus, donde Dante creó el virus –aclaró-. Allí se hacen las diferentes variaciones y modificaciones necesarias, aquí no estamos capacitados para esa tarea. Además de esa manera conseguimos fondos.
¾Una tapadera en toda regla –Brisa puso los ojos en blanco, en un automático gesto que Tomás recordó enseguida, adoraba eso.
¾Ja ja, no muñeca, no lo es. Sin el LGV el virus no existiría, ahí trabajan los mejores científicos. Aquí la infraestructura tampoco ayuda demasiado… y bueno, hay cosas que aún no sabes, pero que te ayudarán a comprender muchas otras.
¾ ¿Cómo por ejemplo?
¾Como por ejemplo que trabajamos para el gobierno, que fueron ellos quienes nos pidieron que creáramos el NHKB… bueno, en realidad que lo desarrolláramos. Yo lo creé hace mucho tiempo y necesitaba fondos para investigar; cuando vieron lo que era capaz de hacer decidieron ayudarme.
Brisa caminaba por los pasillos, dónde en cada costado había un cubículo aislado con fechas, números de identificación y dedujo que las fases en que se encontraba el “sujeto”.
¾Sé que es difícil de entender, pero cuando conozcas todos los detalles te será…
¾ ¿Qué se supone que debe hacer el NHKB?
¾Eso es algo que no puedo contarte aquí. Ven, vamos a mi despacho.
Unos de los niños, que calculó tendría no más de diez años la miró fijamente a los ojos para luego bajar la mirada hacia los turgentes pechos.
¾Te lamería y mordería tus sonrosados pezones. Se me hace agua la boca de…
Tomás asestó un golpe al cubículo y el niño reculó sin decir una palabra más.
¾Aún tenemos que hacer mejoras y cambios; esa es la peor fase.
El despacho era totalmente negro, la única mota de color la ponía una foto… una foto de Brisa y Tomás en un parque.
Los ojos se le llenaron de lágrimas a ella y él añoró aquellos momentos de felicidad.
¾Te amo –le susurró muy cerca.
¾Ahora dime que se supone que hace el virus, porque eso que he oído al niño…
¾Te amo –repitió él.
¾Tomás, explícame de una vez que mierda está pasando; me da igual lo que sientas. ¿Quedó claro?
¾El gobierno pretendo crea una especie de ejército indestructible.
¾ ¿Súper héroes?
¾No, están muy lejos de querer eso –rió entre dientes-. La finalidad del NHKB es que los soldados que estén inyectados con él consigan camuflarse entre el enemigo y en cuanto éste comience a sospechar, con una simple mirada a los ojos el soldado se transforma en una especie de mercenario.
¾No acabo de entenderlo. ¿Monstruos?
¾Algo así. Lo malo es lo que viene después.
Brisa se quedó mirándolo y él titubeó por primera vez; no sabía si era buena idea contárselo, pero al final decidió hacerlo.
¾ ¿Te habló Dante de Roberto? –ella asintió- fue el único, hasta ahora, que ha llegado hasta la última fase del proceso.
La primera fase son simples cambios en la personalidad, apenas perceptibles para los allegados del individuo. La segunda fase es una furia casi incontenible y se acentúa mucho la parte sexual.
En la tercera fase comienza a aprender a ocultar los instintos animales que lo predominan; en la cuarta lo domina todo y es cuando está preparado para la mirada que detonará la destrucción de todo objetivo que se le ponga delante.
Brisa estaba atenta a lo que Tomás le estaba revelando, aunque siempre con la duda de si sería cierto o una más de sus mentiras. Decidió darle un voto de confianza.
¾Destruye de las maneras más dolorosas y horrorosas posibles. Descuartiza, mutila, incinera vivo… todo lo que se te ocurra.
¾ ¿Cómo distingue enemigos de los de su mismo bando?
¾Ponemos distintivos en partes que sólo ellos saben, así que si no los llevas y te topas con uno estarás muerta.
Brisa hizo cara de espanto. El terror se veía reflejado perfectamente en su hermoso rostro y Tomás tuvo la tentación de acercarse, pero no era un buen momento.
¾ Una vez que cumplen su cometido se suicidan –hizo una pausa para comprobar la reacción de su interlocutora-. Roberto fue desmembrándose; encontraron su tronco en la cama y los brazos, piernas y dedos esparcidos por toda la habitación de aislamiento.
Las manos de Brisa fueron directas a su estómago, que se le había retorcido ante una imagen tan gráfica de Roberto descuartizado. La frente se le perló de sudor y una serie de escalofríos se sucedieron por su espina dorsal.
¾No lo entiendo –logró decir-. ¿Por qué lo haces? ¿Por qué el gobierno querría algo así? ¿Qué explicaciones les dan a las familias de los que se suicidan?
¾¡Por partes mi amor! Una de las razones es el dinero y la otra es por la guerra que se avecina; la misma razón por la que el gobierno…
¾ ¿Pero de qué guerra estás hablando, Tomás? –preguntó sin comprender.
¾Todo lo que está pasando en Oriente no es más que el comienzo de la guerra petrolera que se avecina. Estados Unidos quiere hacerse con todo y nuestro gobierno quiere y va a impedirlo. Si no consiguen deshacerse de los yanquis va a ver muchas más muertes de civiles.
¾No me creo ni una palabra.
¾ ¿Por qué crees que ahora están cayendo todos los dictadores? El petróleo mueve el mundo nena y los intereses políticos y económicos que hay en juego son demasiados.
¾ ¿Estas diciéndome que estamos a las puertas de una guerra?
¾Si, pero no de una guerra cualquiera… será la tercera guerra mundial. Por eso decidimos con tu padre que lo mejor era que estuvieras con nosotros, así no correrás peligro.
La cabeza le dolía y daba vueltas, se sentía mareada y las piernas le flaqueaban. Tenía la sensación de caer al vacío.
Estiró una mano buscando algún punto de apoyo, pero antes de que Tomás pudiera reaccionar Brisa cayó al suelo como un plomo.
Él le colocó un cojín en la cabeza.
La mirada con admiración y adoración.
Verla tan vulnerable… no pudo evitar darle un beso. En cuanto se apartó ella se despertó y por suerte no se dio cuenta.
Ahora Brisa debía intentar asimilar toda la información que tenía y enfrentarse a Tomás, pero también a su padre.
Por su parte Tomás y Gerardo tenían que planificar muy bien los pasos a seguir y la manera en que convencerían a Brisa de que permaneciera con ellos y ver que harían con Dante.
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Pizarro estaba histérico porque el señor T no atendía el teléfono, tenía que contarle algo sumamente importante; habían entrado a robar al laboratorio, se llevaron algunos archivos… cuando el señor T se enterará mataría a Pizarro
Me gustan las 2 ultimas partes del relato :)
ResponderEliminarNo se si con o sin virus, pero la tercera guerra mundial llegará, eso si no nos mata antes la naturaleza.
Un saludo.
wow !! esto si que es espectacular !!
ResponderEliminarme has dejado de boca abierta, que bárbaro !!
cuanta emoción, no podia dejar de leer xD!!
me encanta y no dudo que sea una realidad muy cercana !!
buenisimo !!
besos ^ ^
ahhhhh!!!! Me dejaste helada!!!!! X dios q cap tan emocionante, me quede con la boca abierta!!!!!! Excelente!!!! =)
ResponderEliminarNo me gusta nada la idea ni el nombre de una tercera guerra mundial, eso me da mucho miedo!=(
Sacando eso, me encanto este cap!!!
Ahora me preg sera q Dante fue o mando a robar el laboratorio???mmmm... yo creo q si!!!
Ahora espero con mas ansias el prox cap!!
kiss
Me encanta el suspenso que me deja esta historia, uno siempre quiere saber mas
ResponderEliminarZuly
Me he leído los 11 cap de un tirón y eso ya es mucho aplauso en mi, me ha gustado mucho, el amor, la intriga, la ciencia, el suspenso, el drama van al mismo paso: galopante!
ResponderEliminarY que no se crea que estas historias no son reales! Si parecen la puerta de entrada a la adultez... claro que sin el virus jeje