Reseña a "Las ranas también se enamoran" de Megan Maxwell

LAS RANAS TAMBIÉN SE ENAMORAN, DE Megan Maxwel

Título: Las ranas también se enamoran.

Autora: Megan Maxwell.

Editorial: Versatil

ISBN: 978-84-92929-46-7

Páginas: 381. Tapa blanda

Marta Rodríguez es una joven y divertida madre soltera que conduce una Honda CBF 600. Trabaja en el taller de moda flamenca de Lola Herrera, donde hace un poco de todo. Tan pronto soluciona temas de banco como diseña y cose el mejor vestido de flamenca. La vida de Marta, y su entorno, da un giro de 180 grados cuando el hijastro de su jefa, Philip Martínez, un empresario inglés, serio a la par que sexy, se cruza en su camino. ¿Qué será Philip, una rana o un sapo más en el gran charco de la vida?

En este libro vamos a encontrar amor, risas, vestidos de flamenca, amistades verdaderas y esos aderezos que hacen que el libro sea entretenido, enganche desde el principio y sobre todo… te haga sentir.

Megan consigue trasladarnos a  Sevilla y las pasarelas del Simof. Al taller donde la protagonista trabaja en Madrid y a la imponente casa de Philip y su familia. Podemos viajar, sentir las emociones, incluso el aire cuando Marta monta en su moto.

No puedo negar la grandeza de esta escritora, que me enganchó desde el mismo instante en que vi su libro en Fnac y no es que sea amiga y que la admire tremendamente, pero es que no se puede negar lo evidente.

Lo que más me ha asombrado es la capacidad de darle voces propias a sus personajes, tanto es así que me he imaginado las voces de cada uno de ellos en cada dialogo y se me ha pegado mucho el acento andalú.

Es de esas historias de amor que lejos de ser trágicas nos hacen morir de la risa, aunque la protagonista este llena de vomito y despeinada delante de un pedazo de maromo que quitaría el hipo a cualquiera.

Philip, que es tan correcto y soso. Me lo imagino todo repeinao arrugando la nariz ante aquel asqueroso hedor y me parto de risa.

Es tan jodidamente sexy y esa ropa que lleva tiene que quedarle tan arrebatadoramente bien que me explayo y me pierdo del libro.

Patricia y Adrian son los divinos amigos de Marta. Son tan entrañables como bocazas. Siempre están ahí, al pie del cañón para su amiga; da igual si es para tomar unos Rebujitos o para prestarle el hombro para llorar, ellos ahí están.

Es un libro muy ameno y de lectura dinámica. Llegas al final sin casi haberte dado cuenta de que llevas varias horas sin poder despegarte de sus páginas.

En las casi 400 páginas que tiene este ejemplar no encuentras ni una sola despeción, no hay nada que pueda pensar que faltó o bueno si… en realidad falta que de regalo traiga una alcachofa y que en el libro hubiese más escenas de esas; es que me es inevitable frenar mi perversa y cochina mente que se regodea con los besazos de Philip y con ese cuerpo serrano.

Es uno de esos libros para los que el tiempo no va a pasar, al menos en mi humilde opinión. De esos que quieres volver a leer para re-enamorarte.

Hace tener esperanzas de encontrar el amor a las que no lo han encontrado y darnos unos mazazos a las que sí, pero que evidentemente no tenemos un Philip que este potorro y nos regale alcachofas.

En fin, que Megan Maxwell logra meterse en el bolsillo a los lectores y no sólo recomiendo su lectura a las féminas; también me atrevería decir que es de lectura obligatoria para aquellos hombres (todos) que necesitan aprender a darle placer a una mujer, si señores, hay una clase magistral de eso en este libro.

Gracias Megan por hacerme soñar, fantasear, volar y enamorarme con este pedazo de libro.

Me declaro Mawellizada y no por el futbolista jajaa