El virus. Capitulo 3

Con traje de chaqueta y pantalón gris, camiseta a rayas grises y negras, unos tacones negros, paso firme, decidido y casi autoritario entró Brisa a las dependencias de LGV[j1] .

A nadie le pasó inadvertida y todos se giraban a mirar a la imponente y hermosa mujer que con su acompasante taconeo anunciaba su presencia. Era una criatura imponente para aquellos hombres que no estaban acostumbrados a recibir órdenes a manos de mujeres, pero que veían en ella una extraña autoridad.

Carlos Pizarro[j2] babeaba con el suave contoneo de las caderas de Brisa Castro[j3] . La presentó a sus compañeros y regresaron de inmediato a su diáfano despacho, donde le explicaría sus funciones y la haría firmar aquel contrato que se asemejaba tanto a un contrato con el mismo diablo.

-Antes que nada quiero que sepas que puedes confiar en mí y hacerme saber cada duda que tengas respecto a tu trabajo, además de incomodidades que puedas tener –su tono de voz tenía un matiz extraño-. Aquí tienes el contrato, como veras es bastante extenso y cada punto queda totalmente claro; tanto tus derechos como obligaciones, no me gustan los malos entendidos y las medias tintas.

-Estoy totalmente de acuerdo –dijo ella de manera solemne.

-Actualmente estamos trabajando en un nuevo virus a pedido de unos clientes muy importantes, este es el trabajo prioritario ahora mismo y ninguna otra cuestión debe distraerte de él. Buscamos posibles anomalías, mejoras y síntomas, esto ocupara el %100 de tu tiempo aquí.

No puede haber ningún tipo de filtración a los compañeros de otras secciones que no estén en este proyecto y mucho menos a la prensa o gente ajena al laboratorio. Todo lo que ocurra aquí se queda aquí –su tono era amenazante y a Brisa se le erizaron los bellos de todo el cuerpo.

-Si hay algo que me sobra es discreción.

-No me cabe duda; a leguas se nota que además de ser atractiva eres una mujer muy inteligente –la boca se le hacía agua-Te dejo tranquila para que puedas leerte el contrato, volveré en unos minutos.

Pizarro se precipitó hacia la salida y Brisa se pregunto a que venía tanto apuro por irse.

Se leyó el contrato de manera minuciosa y sin dejarse nada.

Las condiciones eran claras: Discreción y entrega al %100. Tendría personas a su cargo y muchos beneficios, que le hicieron pensar que esconderían un alto precio que no figuraba en aquel contrato.

En la habitación contigua un extasiado Pizarro la espiaba con entusiasmo y lujuria.

No había podido evitar que su miembro se elevara en cuanto vio a aquel primor de fémina. La dejo sola para leer el contrato, solamente para poder ir a espiarla y sobre todo… poder saciar ese acuciante deseo.

Sus manos subían y bajaban por el duro miembro que ansiaba penetrar a la nueva bioquímica. Acariciaba con su mano libre la pantalla por la cual la estaba espiando.

Imaginaba sus turgentes pechos entre sus manos. Sintió en su boca el sabor cálido de los fluidos vaginales, se relamía los labios.

Su mano se movía de manera cada vez más frenética, hasta que por fin consiguió que su semen saliera despedido en un largo orgasmo que tenía nombre y apellido, y no pararía hasta conseguir poner su pelvis entre los suaves muslos de esa mujer.

-Espero que el contrato este a la altura de tus expectativas –dijo sin sofoco alguno.

-Por supuesto, esta todo claro y correcto. Espero tener una larga trayectoria aquí –tras esas palabras le extendió el contrato ya firmado a Pizarro.

Pizarro le extendió su mano cual caballero para que ella se levantara.

-Voy a presentarte al jefe del DNV[j4] , con quien trabajaras codo a codo.

Caminaron por la estancia ante la atenta mirada de los empleados. Los mismos estaban asombrados por la cortesía que mostraba Pizarro con su nuevo fichaje, ya que jamás se encargaba él personalmente de presentarlos y enseñarles su lugar de trabajo, era evidente para todos el interés que éste podría llegar a tener.

Duran estaba sentado en su amplio despacho, revisando las cuentas del laboratorio, ya que era final de mes y tocaba inventario.

-Duran, espero que no te interrumpamos. Vengo a presentarte a Brisa Castro, nuestra nueva bioquímica.

-Encantado de conocerte. Jorge Duran, para servirte –se presentó, extendiéndole la mano con fervor.

-Como te dije él es el jefe de tu departamento, así que ante cualquier duda o inconveniente puede acudir tanto a mí como a Duran.

Brisa dedicó el resto de la mañana a conocer a sus compañeros y a sus ayudantes.

Provocó más de una alabanza al comprobar lo mucho que sabia y lo bien que iba a desempeñarse en su trabajo.

-Tenías razón en cuanto a la belleza de tu nueva adquisición y destila inteligencia por los cuatro costados.

-Estoy deseando verla en acción. Pero te advierto… ni se te ocurra acercarte a ella más que para temas estrictamente laborales, ya sabes lo que le pasó al último que se interpuso en mi objetivo femenino –amenazó abiertamente Pizarro a Duran, mientras éste asentía.

Dante no paraba de dar vueltas por toda la casa. Los nervios y la falta de noticias estaban llevándolo a la desesperación.

Estaba poniéndose el abrigo cuando Brisa abrió la puerta y se abalanzó sobre él, dedicándole un beso largo y sincero.

-No sabes cuánto te he extrañado, creo que esto se me va a hacer insoportable.

-Piensa que es por nuestro bien y probablemente el del resto del mundo.

-Cuéntame que tal ha ido todo. ¿Has visto a Leo?

-Sí, lo he visto pero apenas cruzamos algunas palabras, no queremos levantar sospechas de que nos conocemos.

Pizarro me presentó a todo el mundo, incluido a Duran, que por cierto transpira como un puerco.

-¿Qué tal se ha comportado Pizarro?

-Bien, excesivamente amable diría yo. Me dio el contrato y me dejo a solas para leerlo, no sé que habrá ido a hacer, pero estoy segura que nada bueno.

Nadie sospecha nada en absoluto, ni se imaginan quien soy, por eso podemos estar tranquilos.

-Brisa -dijo con la voz cortada-… la verdad es que empiezo a tener dudas. No é si esto ha sido lo mejor…

-No me vengas con eso ahora Dante. Ya he firmado el contrato y ahora no voy a parara hasta descubrir lo que está pasando en ese lugar; porque tanto secretismo y normas estrictas no deben esconder nada bueno.

Todo lo referente al KHNB[j5] es demasiado turbio, siniestro y misterioso.

-También muy peligroso, amor mío. Ten cuidado y no te fíes de nadie, salvo de Leo.

-¿Aun no me conoces? Sabes que no soy una pobre indefensa. Se defenderme tanto intelectual como físicamente, así que no temas por mi y preocúpate por prepararme todos tus informes para ir estudiándolos detenida y minuciosamente.

-Esa es mi jefa –dijo orgulloso palmeándole el trasero.

Brisa se fue temprano a la cama, tenía que planear mentalmente cada movimiento que daría al día siguiente en su nuevo trabajo. No quería demostrar demasiado interés por miedo a que alguien sospechara algo, pero tampoco era bueno que se mostrara demasiado indiferente.

Se venían tiempos difíciles, de duras decisiones y excesiva presión, pero ella por su marido sería capaz de sacrificarlo todo y esto, presentía que era tan sólo el comienzo.

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[j1]Laboratorio Gubernamental de Virologia

[j2]Jefe y directos del LGV

[j3]Mujer De Dante y nueva Bioquimica del DNV

[j4]Departamento de Nuevos Virus

[j5]El virus