Hubo un tiempo, en que el sueño de Leonardo y Carina era
tener su propio castillo. Ellos, unos modestos y humildes plebeyos, vieron
cumplido aquel sueño de la mano de un hada que apareció cuando ellos menos la
esperaban.
El palacio no era como el de las grandes y acaudaladas
realizas, pero para ellos era más de lo que podrían imaginar. Un amplio salón
vestido de blanco, en el que imaginaban a sus futuros hijos y nietos
correteando; con unos grandes ventanales por los que la luz del Sol entraba a
raudales. Los amplios aposentos, cómplices de sus noches de amor y pasión.
Aquel enorme hogar los inspiraba y hacia dichosos.
A los pocos meses quisieron cumplir un nuevo sueño, el más
preciado, significante y grandioso de todos los sueños, formar una familia. El
nacimiento de Dolores fue el colmo de la felicidad, tanto es así que el Rey no
pudo soportar ver a gente humilde siendo tan terriblemente feliz.
Toda la dicha se convirtió en sueños rotos, cuando por culpa
del ambicioso y envidioso Rey de Crisislandia y su corte, el reinado se cubrió
por una espesa manta de desdicha, crueldad y desasosiego.
Muchas fueron las familias perjudicadas, más de la mitad del
reino quedó en la más triste desolación y ellos, Leonardo y Carina, no iban a
ser menos.
Cuando la pequeña Dolores llegó al mundo, sus padres
lloraron de alegría y gozo. Aquella diminuta bebé no sabía que vendría a este
mundo con una tarea difícil de llevar a cabo para un ser tan minúsculo. Ella,
se convertiría en la única razón, de sus ahora pobres padres para sobrevivir.
Gracias a los padres de Carina, a la niña nunca le faltó
nada y pudo ir creciendo sin apenas notar el terrible dolor de sus padres.
Ajena a todo el mal que inundaba el reino, con tan sólo una sonrisa conseguía
inyectarles un poco más de vida a sus padres.
Carina, hundida e infeliz, se fue apagando poco a poco;
dando paso a un ceño siempre fruncido, unos ojos llorosos enmarcado en grandes
ojeras y un humor avinagrado, difícil de soportar. Leonardo, desesperado al ver
el estado de su mujer y avergonzado por no ser capaz de mantener a su familia,
decidió trabajar, trabajar sin descanso hasta sostener a su familia con un
auténtico caballero.
El precioso palacio se convirtió en un lugar oscuro y
tenebroso, en el que las pesadillas y miedos más aterradores de sus habitantes
se iban convirtiendo en palpables realidades. Fue por ello que decidieron
alejarse de allí, alejarse cuanto les fuera posible.
Fueron pasando los años, y aunque las cosas estaban más
calmadas, aquella maldición los seguía acechando día tras día, hasta que un día
se obró el milagro.
El Rey se compadeció de ellos, demostrando ser más humano de
lo que parecía. Al no ver mala fe en los actos de la joven pareja, les perdonó sus
errores; permitiendo así, que la familia pudiera pensar en un futuro mejor más digno. Perdieron su palacio, pero eso ya
no les importaba, hacía tiempo que estaban lejos de allí; el alivio dio paso a
la felicidad, que se volvió a instalar en ellos. De todo aquel desgraciado
pasado, guardarían una gran enseñanza.
No somos un príncipe
y una princesa, pero si teníamos nuestros sueños, sueños que se fueron
rompiendo poco a poco cuando la crisis de hace 4 años llegó a España.
Esta es nuestra
historia, pero también la de muchos españoles e inmigrantes que sufren día a
día las consecuencias de la avaricia ajena. No todos tienen la suerte que
nosotros hemos tenido; porque nuestro banco decidió darnos la dasión de pago, y
sabemos que a mucha gente la desahucian sin miramientos, la despojan de sus
cosas y, en muchas ocasiones, no les dan tiempo ni siquiera a recoger sus
objetos personales, y aún tienen el valor de seguir reclamándoles dinero.
Los detalles más
dolorosos y personales me los reservo para mí, no por vergüenza, pero si por
respeto a mi familia.
Espero les haya
gustado mi particular cuento.
casi lloro jud....
ResponderEliminarLa vida esta llena de estas historias gracia por compartir Jud
ResponderEliminarLa vida esta llena de estas historias gracia por compartir Jud
ResponderEliminarNo sólo en España se ve eso... En este lado del mundo, muchas empresas se escudan en la crisis para hacer recortes y demás.
ResponderEliminarEs hermoso el relato x se q es verdad y esta contado de una manera distinta pero tiene el mismo significado!!! Me encanto!!! =)
ResponderEliminarday gallo
Me encuentro totalmente identificada. A mí me ocurrió algo similar hace muchos años, cuando compramos nuestra primera casa y mi niña estaba pequeñita... Ahora estamos de alquiler y mi marido lleva casi 3 años sin trabajo estable, y no es fácil acabar el mes y mantener el buen humor, pero se intenta :)
ResponderEliminarOjalá no tardemos en poder escribir nuestro final feliz... Me ha encantado como lo has escrito. ¡¡Un besazo!! ya verás como poco a poco se va viendo todo mejor.