Crónica de una semana especial

Hola mis querid@s Divaner@s:

Hoy me tocaba hacer reseña, pero lo cierto es que con tantas cosas (casi todas buenas, por suerte) que me están pasando, no he tenido tiempo de leer y además, me apetece compartir esta entrada, que es tan especial para mí y espero lo sea para algunos de ustedes.

UN DÍA EN EL COLE:

Junto a Connie

El miércoles diez, fuimos con Connie  a dar una charla al cole Peset (La Coma, Paterna, Valencia). Llevaba días súper nerviosa, nunca había hablado en público y me aterraba la idea; pero los nervios se me fueron pasando a medida que iba hablando Connie, para cuando me llegó el turno ya me volví a poner de los nervios. Los chicos prestaban mucha atención a lo que decíamos; estuvimos hablando sobre mi “trayectoria” (ejem) literaria, sobre escribir y poco a poco los nervios se fueron yendo. Algunas de las chicas nos leyeron unos relatos que escribieron, fue un momento muy emocionante. Los nervios regresaron cuando leyeron ¡EN VOZ ALTA!, “El cura”… que vergüenza pasé, ¡madre del amor hermoso! Y es que no es lo mismo leerlo que oírlo.

En todo momento, mi amiga Connie me dedicaba miradas de ánimo o una caricia. ¡Un amor!

Leyendo y escuchando "El cura"

Un ejercicios para ayudarlos a escribir

Pero lo peor estaba por llegar, y es que cuando me tocó hablar sobre la antología solidaria “Por volver a verte sonreír”, no pude reprimir las lágrimas al contar la historia de Ana Rosa y el motivo por el que decidí ayudarla. Pude seguir, gracias a que Connie y Agueda estaban a mi lado, me infundieron ánimo y me hicieron mimos; además, ver las miradas de los chicos fue algo que jamás olvidaré.

La charla finalizó y aquí la menda lerenda se puso a enseñar los tatuajes.

La primera prueba de fuego estaba superada, había conseguido hablar en público y superar los nervios, ahora quedaba lo del viernes.

PRESENTACIÓN DE “150 ROSAS”:

Exposición: Los libros de Divalentis

Cartel de la presentación

Creo que uno nunca está preparado para ciertas cosas, al menos, yo no lo estoy. Eso de sentarte en una mesa, hablar y estar mirando a un puñado de personas no es algo que haya hecho alguna vez ni que hubiese creído que me pasaría… pero ahí estaba yo, preparándome para uno de los momentos más especiales de mi vida y creo, que el más importante de un escritor.

Me fui muy temprano con mi hija, habíamos quedado con María Gardey a tomar un café, ya que luego se tenía que ir a la presentación de Olga Salar. Se nos unió Kari y al rato nos fuimos cada uno a su sitio. Cuando llegamos al lugar y me ví a Sergio Guinot (editor de Divalentis), a Samy y sus amigas, la panza se me revolvió y me empecé a marear; ni les cuento cuando empezó a entrar gente, uffff, pensaba que me iba a caer redonda al suelo.

Sala Aire de encuentro

Lo peor era que iba a estar mi marido y yo quería con todas mis fuerzas que él se sintiera orgulloso de mí, así que los nervios aumentaban más y más.

Ver a las mamis del cole, mis amigas fue algo maravilloso y verlas a ellas, Seba y Kari, era lo que me daba fuerzas cada vez que me tocaba el turno de hablar. Sergio es un presentador de lujo, solo con mirarte ya te quita los nervios, está ahí cuando te bloqueas y creo que eso es fundamental, sobre todo la primera vez que presentas.

También tuve la suerte de tener a unos compis tan geniales como Francisco, Paco, Raquel y Samy. Fue muy lindo compartir sus experiencias, como vivieron todo esto y sus carreras.

Francisco, yo, Raquel, Samy S. y Paco

Conseguí no tartamudear ni ponerme excesivamente roja, eso sí, desmonté el boli unas tres o cuatro veces, no paraba de mover las piernas y parecía una malabarista cada vez que me tocaba el turno de hablar ¡Qué manera de mover las manos!

La presentación acabo con EL GRAN MOMENTO… ¡la firma de ejemplares! Casi todos los asistentes se iban con un libro en la mano, firmadito por los cinco. ¡Qué horror! Con la letra tan espantosa que tengo y encima, me bloqueaba y no sabía que escribir en las dedicatorias ha ha ha. Divalentis nos agasajó con un rico vino, unas papas y unas olivitas; vamos, un súper detallazo que tuvieron con todos los presentes.

Y así fue como aquí la señorita, debutó en una presentación.

El público

El sábado tuve la fortuna de asistir a la presentación del libro “Viviendo en la oscuridad” de Samy S. Lynn y luego fuimos un ratito a la segunda presentación de “150 Rosas”. Una semana muy intensa, llena de emociones y sentimientos.

Con mis 2 grandes amigas

Quiero dar las gracias a mi compi de blog y amigaza, Kari/Alma, por haber estado conmigo en cada momento y haberse aguantado el dolor para poder grabar el video de la presentación. A Connie, por ser un alma tan parecida, una amiga muy especial, por compartir ese día tan lindo para mí y por lo que tú sabes (muejeje). A mis amigas y mamis del cole, sé que tuvieron que hacer un esfuerzo para poder estar allí a esas horas y no saben cuán importante fue para mí y a las que no pudieron asistir, pero estuvieron allí en alma y en el WhatsApp jaja. A María, por ser tan dulce y tomarse ese cafesito previo. Mi Chris Yang que no pudo venir por causas de fuerza mayor.

Agradecimiento especial para Sergio Guinot, un tipo con el que se puede hablar. Gracias por haber sido tan atento con todo el mundo, sobre todo, con los nerviosos autores. Y gracias a esos compañeros fabulosos.

Amigas y mamis del cole

A mi mama, mi papa, hermanos y cuñados, que por diversos motivos no pudieron estar presentes. Y a mi hermano, cuñada y sobrinos, que no pudieron acudir por motivos obvios (viven en Argentina). A mi suegra y mi cuñada. Muchas gracias, familia.

Foto de familia (faltan Paco y Sergio)

Gracias a todas las personas que me llamaron y/o escribieron para darme ánimos y luego para saber cómo había ido todo. A mi loquilla Ana, a mi meloncete, a las “Pollón, James, Pollón”,  “La Cuchipandilla” “Las Chongoleñas” “Las chicas del WhatsApp El Sr. Enrique”. No quiero nombrar a nadie más, porque seguro me olvido de alguien y no quiero que se ofendan. Gracias a todos, porque aunque no estuvieran físicamente, todos estuvieron muy presentes en mi mente y mi corazón.

Por último y no por eso menos importante: Gracias  a mi marido, que después de trabajar 25hs seguidas, aguantó sin dormirse en su primera incursión a la literatura. Gracias mi amor, nunca tendré palabras suficientes para lo que hiciste. Y gracias  a Emma, por ser tan buena y decirme lo orgullosa que estaba de su mami.

Y ya no os aburro más, os dejo con el vídeo de la presentación y del taller. Espero os gusten.